Los oligopéptidos se utilizan ampliamente en el organismo como señales químicas.
TRH, hormona liberadora de tirotropina. Es un factor hipotalámico de secuencia piroglutamil-histidil-prolinamida. En este oligopéptido podemos ver una característica muy común entre los mismos: el bloqueo del grupo -NH2 terminal por la propia cadena lateral de ácido glutámico (ácido piroglutámico) y el bloqueo del grupo -COOH terminal, que aparece como amida -CONH2.
Muchas otras hormonas tienen naturaleza peptídica. Así, por ejemplo, la Oxitocina neurohipofisaria, nonapéptido estimulador de la contracción uterina. O bien la insulina, hormona pancreática que consta de dos cadenas polipeptídicas unidas por dos disulfuros, encargada de la homeostasis de la glucosa junto con otra hormona pancreática, el glucagon, cuya estructura es también polipeptídica.
También son oligopéptidos muchos neutrotransmisores, como las encefalinas, a saber, Leucin-encefalina (secuencia YGGFL) y Metionin-encefalina (secuencia YGGFM), que son los agonistas fisiológicos de los receptores opiáceos. Las drogas opiáceas de abuso (morfina, heroína, etc.) lo son por su parecido estructural con estos péptidos.
Otro oligopéptido de gran importancia funcional es el Glutatión (GSH), cuya forma reducida aparece en pantalla. Se trata del alfa-glutamil-cisteinil-glicina. El papel reductor se debe al grupo -SH libre de la cisteína central. Cuando se oxida, dos moléculas de glutatión se unen para formar el Glutatión oxidado (GSSG) a través de un disulfuro establecido entre las dos cisteínas. El glutatión participa en una gran cantidad de procesos redox intracelulares, relacionados generalmente con destoxificación y mantenimiento de la hemoglobina en estado ferroso.
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